Perdoné errores casi imperdonables. INTENTÉ sustituir personas insustituibles y olvidar personas inolvidables. Hice cosas por impulso. Me decepcioné de personas que pensé nunca me decepcionarían. Reí cuando no podía. Hice AMIGOS eternos. Lloré oyendo música y viendo fotos. Llamé solo para escuchar una voz. Me apasioné con una sonrisa. PENSÉ que me moría de tanta TRISTEZA. Tuve MIEDO de perder a alguien ESPECIAL (y lo perdí) ¡PERO SOBREVIVÍ! y todavía sigo VIVO. Aprendí que el que quiere PUEDE y lo CONSIGUE. Aprendí que a veces el que ARRIESGA no pierde nada y que perdiendo también se gana.
jueves, 20 de octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario